Autores: Javier Narbona, Manuela Martin Bejarano, Paloma Álvarez de Toledo y Álvaro Moleón
En este post trataremos de dar respuestas a las dudas frecuentes sobre la estimulación magnética transcraneal, explicando en qué consiste esta técnica, cómo se lleva a cabo, duración del tratamiento y sus principales ventajas frente a otras terapias.
¿Qué es la EMT?
La Estimulación Magnética Transcraneal (EMT) es una técnica de neuromodulación no invasiva, ya que se realiza aplicando pequeños campos magnéticos para estimular (inhibiendo o excitando) zonas específicas del cerebro mediante la inducción electromagnética generada por una bobina colocada sobre la cabeza del paciente. La EMT puede ser aplicada como método diagnóstico o como herramienta terapéutica.
En su aplicación terapéutica, ha sido avalada por las principales agencias americana (FDA) y europea (CE) para el tratamiento de la depresión, el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) y las adicciones.
¿Cómo funciona la EMT?
La aplicación de pulsos magnéticos a regiones específicas del cerebro produce cambios en la actividad de sus células (neuronas), mejorando la conexión entre dichas neuronas y aumentando su tamaño.
Según la frecuencia aplicada en dichos pulsos, se logrará aumentar o disminuir la actividad cerebral. Este fenómeno provoca que los efectos del tratamiento con EMT sean de carácter duradero, pues cambia los patrones de conexión y comunicación entre las neuronas y los circuitos cerebrales.
¿Cuánto tiempo dura un tratamiento estándar con EMT?
En cada paciente es diferente, debiendo ser considerado un tratamiento personalizado. No obstante, los estudios científicos muestran cómo las mejores respuestas al tratamiento suceden con una aplicación mínima de 30 sesiones en la fase de inducción o fase aguda, la cual puede durar entre 1 y 3 semanas en su modalidad acelerada, y hasta 6 semanas si se aplicara una sesión diaria. Aumentar el número de sesiones dependerá tanto de la evolución clínica de cada paciente como de sus características personales (edad, farmacología, etc.), como también ocurre con la indicación médica de sesiones de desescalada o mantenimiento, destinadas a mantener la respuesta clínica obtenida gracias al tratamiento con EMT. Si se ha observado una respuesta parcial o total a la fase aguda de EMT, es recomendable realizar un mantenimiento, que podrá consistir en una sesión aplicada con una cadencia determinada (quincenalmente, mensualmente…), o en la modalidad Cluster TMS, administrándose en racimo (varias sesiones en 1 o 2 días, espaciando más cada bloque de sesiones de mantenimiento que si se aplicaran en solitario).
¿Cuánto dura una sesión de EMT?
Depende de cada paciente, pues debe ser personalizado a cada caso clínico. El médico especialista diseñará el protocolo más ajustado según las quejas sintomáticas del paciente. La sesión puede durar entre 12 minutos y 40 minutos.
¿Es diferente la EMT respecto de la TEC (Terapia Electro Convulsiva)?
Tanto la EMT como la TEC son técnicas de neuromodulación cerebral empleadas en el tratamiento de la depresión resistente a psicofármacos, pudiendo mejorar los síntomas rápidamente.
La TEC implica aplicar el paso de una corriente eléctrica a través del cerebro con el fin de provocar una convulsión generalizada. Si bien tiene un índice de respuesta ligeramente superior a la EMT (a excepción de los últimos protocolos acelerados publicados de EMT, cuya efectividad se asemeja a la TEC), dicha convulsión comporta una serie de desventajas respecto a la EMT: requiere anestesia general, hospitalización, dependencia de acompañante para acudir a las sesiones, posible pérdida de memoria temporal, etc.Aunque la TEC sea considerada como la opción con mayor tasa de respuesta para el tratamiento de depresión grave, psicótica y catatónica, no sólo conlleva los riesgos mencionados y menor posibilidad de indicación (en pacientes con dificultad cardiorrespiratoria, por ejemplo), sino que también se sabe que pacientes que no responden a TEC pueden responder a EMT, por lo que la EMT se sitúa además como una alternativa posible a la TEC.
¿Es diferente la EMT respecto a los antidepresivos?
Los antidepresivos modifican la acción de los neurotransmisores o de sus receptores. Su ingesta implica la posible aparición de efectos secundarios, como pueden ser alteraciones cognitivas, molestias gastrointestinales, aumento de peso o disfunciones sexuales (reducción de la libido). Además, cabe considerar que algunos pacientes pueden ser alérgicos a estos fármacos.
Sin embargo, la EMT, al no implicar la ingesta de químicos, no produce tales efectos sistémicos adversos. El único efecto secundario, sufrido por una minoría de los pacientes, es una cefalea transitoria en la zona de estímulo que disminuye dentro de la primera semana a medida que se desensibiliza la zona de tratamiento.
La EMT tiene un inicio de acción más rápido (1-2 semanas) respecto a los antidepresivos, que tardan entre 3 y 6 semanas en hacer su efecto.
Los estudios al respecto muestran que pacientes que no han respondido a dos o tres antidepresivos, tendrán una disminución del 10 al 15% de respuesta menor al siguiente antidepresivo. Sin embargo, la probabilidad de respuesta de estos pacientes a la EMT oscila el 60%.
¿Cómo de efectiva es la EMT?
La EMT es considerada muy eficaz en el tratamiento de la depresión, tal y como lo han mostrado múltiples estudios durante más de 20 años en la mejora de los síntomas depresivos. En concreto, con el uso de protocolos clásicos (1 sesión diaria), más del 60% de los pacientes reducen sus síntomas en al menos un 50% (respondieron al tratamiento) y sobre el 30% de los pacientes remiten por completo del cuadro depresivo. Algunos estudios incluyen a pacientes que han sido tratados previamente con TEC, presentando la misma probabilidad de respuesta al tratamiento con EMT que aquellos que nunca han recibido tratamiento con TEC. En este sentido, en los últimos años, la aparición de los protocolos acelerados (especialmente el protocolo SAINT), ha optimizado la efectividad de esta técnica, alcanzando una tasa de respuesta que supera el 70% en tan solo 5 días de tratamiento.
La EMT también es eficaz en el tratamiento del TOC. En el estudio que permitió su autorización por la FDA mostró una respuesta al tratamiento del 60% de los pacientes, y una remisión de los síntomas al 40% de los pacientes.
Además, la EMT ha demostrado ser clínicamente efectiva en otras patologías, si bien no ha logrado su aprobación para las mismas. Ejemplos de ello: TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático), rehabilitación de accidente cerebrovascular, dolor neuropático o esquizofrenia (principalmente síntomas negativos).
¿Qué afecciones médicas trata la EMT?
La EMT ha sido utilizada como tratamiento para diversas afecciones de salud mental y neurológicas, como: depresión, TOC, TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático), ansiedad, adicciones, trastornos alimentarios, demencia, autismo, migraña, dolor neuropático, fibromialgia, rehabilitación de accidentes cerebrovasculares, etc.
Actualmente, la mayor evidencia para el uso de la EMT es en el tratamiento de la depresión, cuya indicación fue aprobada por la FDA en 2008. Posteriormente, se aprobó su uso para el tratamiento del TOC, tabaquismo y de la migraña.La evidencia que respalda el uso de la EMT como tratamiento para otras afecciones de salud mental y neurológicas está creciendo muy rápidamente. Por ello, es recomendable consultar con un médico especializado en la terapia si la EMT podría ser una opción para el tratamiento de su afección médica. En este sentido, en marzo de 2024, la FDA ha aprobado (Neurostar) el uso de la EMT en el paciente adolescente (+15 años) con depresión resistente.
¿Cuáles son los efectos secundarios de la EMT?
El efecto secundario más común es una leve molestia en el cuero cabelludo de la zona de estimulación durante la sesión de EMT, con un posible dolor de cabeza posterior a la sesión -de intensidad leve y de corta duración de no más de unas horas tras finalizar la sesión-. Dichas molestias pueden ser aliviadas con el uso de analgésicos. Ocasionalmente, durante la sesión el paciente puede experimentar molestias en ojos, mandíbula o dientes.
Algunos pacientes pueden experimentar aumento de ansiedad o dificultades para dormir. Suele disminuir después de la primera semana de tratamiento.
Los pulsos magnéticos transmitidos por la máquina de EMT causan ruido. Para algunos pacientes puede resultar molesto, pudiendo solucionarse con el uso de tapones para los oídos.
Existe un riesgo muy reducido de crisis convulsiva durante la sesión de EMT. La probabilidad de que un paciente, sin historial convulsivo, la desarrolle es de 1 por 30.000/40.000 sesiones; siendo un riesgo menor que el que presenta la toma de muchos de los fármacos antidepresivos.
¿Qué ocurre tras responder a la fase aguda del tratamiento con EMT?
Si el paciente ha respondido al tratamiento con EMT, lo aconsejable es tener seguimientos regulares para acordar un plan de tratamiento con el fin de consolidar la mejoría clínica o recuperación. Si bien muchos pacientes que responden a la EMT mantienen su mejoría durante al menos un año sin realizar un tratamiento adicional, otros pacientes pueden volver a presentar algunos síntomas.
Para aquellos pacientes que vuelven a presentar síntomas, lo indicado es la aplicación de sesiones de EMT de refuerzo o rescate; siendo muy probable que vuelvan a responder al tratamiento con EMT, además de requerir de un menor número de sesiones para estabilizar el cuadro clínico.
Es probable que los pacientes que han respondido al tratamiento necesiten la aplicación de sesiones de EMT de mantenimiento. Son sesiones programadas regularmente cada varias semanas con el fin de mantener la estabilidad conseguida. Su frecuencia se personaliza según el caso clínico. Además, el especialista podrá sugerir el uso de algún fármaco que ayude a consolidar la recuperación o proteger de las recaídas.
Resumiendo, un alto porcentaje de los pacientes que responden al tratamiento con EMT mantienen su mejoría. Y, para aquellos que vuelven a experimentar los síntomas, la EMT aún puede ayudarles en su proceso de mejoría o recuperación.
¿Debo seguir tomando mi medicación si inicio la terapia con EMT?
Sí, se debe seguir tomando la medicación tal y como la estaba tomando en los días previos al inicio de la fase aguda de EMT. Si, por alguna razón, durante el protocolo, el paciente no cumple su tratamiento, o cambia de posología, debe informarlo a algún miembro del staff médico que le administra el tratamiento, pues podría conllevar un cambio en los parámetros de estimulación a recibir.
¿Se puede reducir en algún momento el tratamiento farmacológico si realizo la EMT?
Cuando se realiza la EMT, el primer objetivo es conseguir la mejoría o remisión clínica del paciente. Una vez esto se consiga, siempre de forma personalizada, paulatina y consensuada con el paciente y familiares, se puede intentar reducir la dosis de psicofármacos que el paciente venía recibiendo para tratar su cuadro. Estos reajustes de la medicación se suelen iniciar en las últimas sesiones de la fase aguda o de inducción, o durante el mantenimiento, no siendo recomendado en ningún caso al inicio del protocolo.
¿Qué ocurre si no respondo al tratamiento con EMT?
Más del 60% de los pacientes tratados con EMT responden al tratamiento. Si un paciente no responde al tratamiento con EMT, debe ser evaluado por su especialista para considerar el reajuste del tratamiento con EMT, pues un cambio en el tipo de onda de estimulación o de ubicación de tratamiento puede conducir a la respuesta del tratamiento con EMT.
Si el paciente finalmente no responde al tratamiento con EMT, debe ser evaluado por el especialista para la aplicación de otros tratamientos, además de revisar la medicación y considerar otros abordajes como la psicoterapia.
¿Quién no puede recibir el tratamiento de EMT?
La EMT es un tratamiento bien tolerado e indicado para la mayoría de los pacientes.
Los pacientes epilépticos no suelen candidatos a recibir la EMT. Tampoco aquellos que posean objetos metálicos no extraíbles localizados a menos de 30 centímetros de la bobina de tratamiento pueden no ser adecuados para el tratamiento, como pueden ser: electrodos implantados, estimuladores, clipaje de aneurisma, implantes cocleares, stents en la cabeza o fragmentos metálicos. Aun así es importante su valoración, pues la EMT puede ser administrada en pacientes que posean ciertos tipos de stents o implantes.
Los pacientes con marcapasos o desfibriladores cardíacos implantados no pueden recibir el tratamiento con EMT, salvo mejor criterio del facultativo referente.
Es importante su valoración, pues la EMT puede ser administrada en pacientes que posean ciertos tipos de stents o implantes.
Los implantes dentales, así como los empastes, no son contraindicación para el tratamiento de EMT. Tampoco es contraindicación la existencia de piercings.
¿Cuándo empezaré a tener mejoría clínica con la EMT?
El tiempo necesario para comenzar a experimentar resultados positivos es muy variable en cada paciente, resultando difícil de predecir. La mayoría de los pacientes que responden al tratamiento con EMT empiezan a referir mejoras a las dos o tres semanas de recibir el tratamiento. Sin embargo, algunos pacientes sienten la mejoría antes y otros incluso presentan una respuesta tardía de hasta 6 semanas tras finalizar el tratamiento con EMT.
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